Carnaval

El carnaval se retrasó este año, justamente lo que se adelantó el verano. Por eso, pude ver a un mosquetero bailar merengue mientras se ajustaba las gafas de sol. Las mismas que llevaba Maverick, también presente en el desfile, junto a la inolvidable instructora de vuelo, la McGillis, ay! la rubia de la McGillis. Ande andará. Elvis ha aparecido montado en una tabla de surf, aunque la ola, la nueva ola, la traía un trasnochado Sting que tocaba un bajo de poliespan, medio asustado porque seis enanitos habían extraviado al séptimo y una Blancanieves brasileira gritaba desesperada aquello de «Mudito, dónde estás». Mudito, sin mediar palabra, anda embobado con las Drag Queens que, a golpe de tanga y cubata, intentan sujetarse las tetas de plástico que compraron en el chino, cuñado de uno de ellos. Ahora que le han dicho a Mudito que no, que no son Drags, sino los casados del club de ajedrez disfrazados como excusa, se ha puesto a llorar amargamente. Menos mal que Jack Sparrow ha aparecido colgado de una liana y lo ha vuelto a colocar en la carroza, junto al pivón de una Blancanieves morena y tostada. Será el sol de carnaval.