Ha venido el hombre del largo plazo. No quiere nada. Sólo que lo tenga en cuenta. Que ya va quedando menos y que lo lleva todo apuntado. Ahí me ha dejado la nota, en el recibidor.
¡Al cajón! Debajo de las facturas de la luz.
Cansino. De sobra sé que existes. No repares en mí hasta que tengas la vez. Me asistirán tan pocas fuerzas que no opondré resistencia. Eres inevitable. No indispensable.