La última vez que lo vi, iba camino de casa. Como era habitual, llevaba la boca cerrada. Cremallera, solía ser la consigna. Ella estaba acostumbrada, así que no solía preocuparse. Es más, la mayoría de las veces ni siquiera se fijaba en él hasta pasadas las horas. Y es que, acabada la tarde, a ella le traía sin cuidado lo…