Se había despertado en mitad de la noche. Al contrario que otras veces, no lo hizo debido a una cena copiosa o a algo que le preocupara en exceso. Esa noche se había ido a la cama tranquila, sin más cosas en la cabeza que afrontar el día siguiente con buena cara. En cuanto tomó consciencia de sí misma, se…
Mes: abril 2015
Gusa y Gusvi (y II)
Aquellos días fueron inolvidables. La vida era un regalo que Gusa y Gusvi aprovechaban con intensidad. Nunca antes tanta desidia y tanto desorden por parte de aquellos muchachos motivó tal felicidad en dos diminutos seres. Aquella bolsa de plástico, invisible ante los ojos de aquellos cinco estudiantes, contenía una pequeña Jauja en la que Gusa y Gusvi olvidaron el significado…
Gusa y Gusvi (I)
Gusa, conocida como Gusanita Azul conoció a Gusvi, Gusanito Violeta, hacía tres meses en el fondo de una lechuga fresca. Juntos viajaron en un camión desde Almería hasta la lonja de Murcia y de allí a una tienda de ultramarinos donde una señora de setenta y dos años se llevó la lechuga a casa un martes tres de febrero de…
Terrazas
Con las ganas de un viernes y el aire que corre, las terrazas se llenan de un ruido que acompaña el pensamiento. Grupos de tres, íntimos; de cuatro, compartidos o uno solo en infusión, macerando las idas y venidas de una cabeza que ordena, compara, critica y olvida. Razón y corazón sentados en la misma silla de aluminio que nos…
Con distintas
El silencio que me acompaña en estos precisos instantes es tal que puede escucharse a la electricidad recorrer los cincuenta centímetros de longitud con los que cuenta el cable que conecta la fuente de alimentación con el móvil. Se me antojan unos electrones estresados, recorriendo frenéticamente un circuito cerrado y sinuoso del que no podrán escapar hasta mañana, con el…
El suelo y las alturas
Tenía una genética especial. Nadie que él conociera había tenido jamás terror a las alturas. Sus hermanos, sus padres, sus amigos, todos eran capaces de deslizar sus voluminosos cuerpos a través de cualquier saliente, por estrecho que este fuera. Sin embargo, él era diferente. Siempre expresó su pánico a las ubicaciones elevadas. Él prefería el suelo aunque sabía que era…
Sesenta por dos (y III)
Le enseñé la pasta al tiempo que no dejaba de mirarle a los ojos. Era lo que había pedido, en billetes de veinte y de cincuenta, usados. Sergio echó un vistazo dentro del macuto azul y volvió a levantar la cabeza. Asintió con la mirada al tiempo que dejaba escapar una medio sonrisa, cerró la cremallera y subió a su…