Monthly Archives: junio 2011

Los viajes

Cualquiera que fuese el motivo, viajar a comienzos de verano le traía recuerdos de cada una de las etapas de su vida. Tras el cristal de la ventanilla del coche, podía parar su mente y dedicarse a mirar el verde fresco de las viñas intercalado con los ocres de los campos de cereal recién cosechado. Los viejos postes del tendido…

La plaza

De ella recordaba los juegos de la infancia, los primeros amores de interminables despedidas, las tardes mirando la vida pasar, crecer, continuar. En los últimos años la atravesaba sin pararse en ella, de ida o de vuelta de sus templadas sobremesas y, aunque ya eran escasas las ocasiones en las que se sentaba en uno de sus bordes, aquellos recuerdos…

Lo inmediato

Había días, y estos venían de corrido, en los que ni se paraba a pensar en lo que era o lo que quería para sí. Los libros, las esperas, las tormentas, las cerezas, el verano que ya avisaba y las horas bajo el emparrado dejaban de existir, cediendo sus espacios y sus tiempos a las tareas que no le dejarían…

Las esperas

Fueron poco a poco instalándose en su vida. Llegaron sin hacer ruido y ese verano estaban perfectamente acomodadas. Acompasaban su respiración, marcaban las alegrías con sus finales y arrancaban hasta la piel mientras duraban. Hacían de su cuerpo un muro de contención de mareas y vientos templados que azotaban su pensamiento llevándolo donde antes había estado con sus libros. Probó…

El café

Invariable ante las estaciones era su cita diaria con el café. Jamás dejó de olerlo, incluso cuando enfermaba. Su aroma era el de siempre, servido en las tazas de siempre y con las tranquilas palabras de los contertulios de siempre. Algunas tardes salían a relucir viejas fotos que servían de excusa para valorar el paso del tiempo y lucir alguna…

La demora

A pesar de la inminente llegada del verano, los días continuaban siendo frescos, ventosos, húmedos y grises. Los caminos aún mantenían la tierra fijada a las piedras sin que el polvo pudiera levantarse y los pies aún se hundían al caminar entre los olivos. Los libros permanecían cerrados, bien por falta de tiempo, bien por un verano que se aventurara…

Las cerezas

Aunque pareciera que los veranos siempre llegaban de golpe, coger las cerezas se había convertido, año tras año, en un hermoso preludio de lo que sería el tiempo más deseado. Como cada cosa tenía su momento y ahí radicaba su importancia, no prestaba demasiada atención mientras no viera despuntar los vivos tonos rojizos que prendían de las ramas y el…

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