11

Año tras año, sus tardes se van nada más comienzan. De helor traicionero, que ni llega a ser, ni puede llamarse frío. Inicia repleto de recuerdos y honras. Termina distante. Y en este año, en este maldito año, se proclama tumba de un segundo confinamiento y paritorio de otro, más profundo y discutido. Noviembre domiciliario y de pandemia; de santos (como todos los años) y de difuntos (más que ningún otro); de luces sin navidad, sin pan y sin ganas. Noviembre de dos mil veinte.

*****

—relatos de un segundo confinamiento—