Luisa tiene hechas las maletas desde ayer. Se lleva poco, sólo lo importante: su alma y su piel. No le caben más cosas ni las necesita porque, allí donde va, se encontrará con quiénes de verdad la quieren y la respetan. En raras ocasiones le harán daño o intentarán manipularla. No la dejarán en evidencia y tampoco le impondrán aquello que no le gusta. Donde va, dará besos sinceros. Luisa escapa hacia la vida de verdad. Yo me voy con ella. Me llevo mi alma y me basta con su piel. En la maleta hay espacio para más bultos, pero no me interesan. Que se queden aquí.