Protección de datos

En la consulta del médico han colocado tres listas con el orden de visita. Cumpliendo con la normativa, aparece el nombre y las iniciales de los apellidos, justo al lado de la hora aproximada en la que el facultativo te atenderá. Hoy han faltado dos de ellos y por eso al tercero, que sí ha venido, le toca atendernos a todos. Tras unos minutos, más que una consulta, esto parece una sucursal del Santander con el cajero automático averiado y las tres listas, esos tres trozos de papel tan ortodoxamente pulcros y respetuosos con la Ley de Protección de Datos son papel mojado. Aquí, unos pocos minutos de más han hecho que todos sepamos cómo nos apellidamos, qué nos duele, a qué hora tenemos, quién va delante y la última vez que alguien de los que ya han nombrado y no está vino a que le recetasen las pastillas azules.