Unos pocos metros cuadrados

Veinte y tantos en algo menos de treinta metros cuadrados. La lumbre dando paso a las brasas, el trajín de la sal, las tijeras perdidas, las fantas en la nevera, el sol que aparece entre las nubes que amenazaban tormenta, las parrillas que se atascan en el peor momento, los platos de plástico, los que llegan tarde, el que está contento estando sentado, los que no saben encender el carbón, los que hacen, los que deshacen, la de las patatas fritas, el amante de los encurtidos, el que se queda dormido, los curiosos del mantel, los del toldo, hasta el ecologista de la bolsa de la basura. Todos disfrutamos a nuestra manera de uno de los mayores placeres de este tiempo. Pocas cosas hay como las barbacoas.