Si no iba a venir, solo que quería asomarse a ver cómo iba la cosa y, de paso, ver si estaba Merche. Ver si estaba sola, si tenía ganas de hablarle, si podía ser como hace un mes, cuando sus ojos brillaban de esa manera. No estaba. Alguien malintencionado le dijo que había ido al cine con un tal Sebas, o tal vez era Chema. Nombres de éxito, pensó mientras pidió una cerveza por cumplir. Allí estaban los que disfrutaban de verlo apagado, aunque poco tardaron en llegar los que siempre estaban. Lo acogieron con los besos que se dan las familias y pronto se sintió como en casa. Veinte años después, tiene a una Toñi en la ducha. Con prisa, porque viene Marcos a por ella. Su primera cita y él haciendo de tripas corazón. Cuando la ve salir, preciosa, solo desea que, antes del resto de su vida, sea todas las Merches que tenga que ser. Que, a pesar de todos aquellos nombres de éxito, sepa qué es lo que realmente es. Ella. Nadie más.