Los nuevos sábados

Papá está corriendo por el pasillo, dando gritos con la mano en la boca. Lleva puestas las plumas del disfraz de indio sobre la cabeza y pone los ojos … ¡como si estuviera loco! (ni me mira al pasar). Mamá, harta de él, se ha metido vestida en la ducha. No deja de decir «Resistiré» una y otra vez. A todo esto, Coco no para de aullar.

Ya sé que es fin de semana y todo eso, pero tampoco es para tanto, digo yo. No sé. Será que desde que sus amigos han dejado de venir a casa a cenar (y ya van tres), los sábados son un poco raros.

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