Descanso

Los analistas dejan de serlo. Por fin se sienten cómodos y pueden salir a echarse el cigarro y volver a ser del mundo. La hermana, alterada tras 45 minutos en los que únicamente ha habido injusticias, toma aire y da un soplo enorme a un whisky abandonado. El experto temporal se pasea regalando sapiencia entre los asistentes. El volumen disminuye y aparece en escena el top ten de los cuarenta. Tiempo para renovar aguas, pensar en aquello y escribir algo desafortunado. A pocos minutos de la reanudación, toca recordar minutos memorables acontecidos años atrás. Y tú ¿dónde estabas y con quién en aquel clásico del 93? Donde quiera que aquello sucediera, apuesto a que recuerdas a los entendidos y a los fumadores, a la hermana fanática, al listo del barman y al colgado que escribía cosas en una servilleta, parapetado tras una cerveza a medio gas, mientras esperabas el pitido que diera sentido a otros 45 minutos, los últimos de aquella tarde. Qué más da, mientras metieran un gol más.

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