Gravedad

A medida que uno dedica su tiempo a personas, lugares o cosas que debiera mantener lejos de sí mismo, va perdiendo las capacidades que le permiten destacar en aquello que procura la satisfacción suficiente como para afirmar que se está aprovechando la vida.

Y, como resultado, uno se encuentra a los pies de un vacío cierto en el que aguarda la traición a uno mismo, en todo su esplendor. Una vez bajo su influjo, obligará a mirar hacia atrás observando lo sencillo que hubiera resultado, en algún momento previo, girar, regresando a lo que me definía, para fijar mi posición en contra de todo lo que me ha arrastrado hasta aquí, empezando por la parte de mí que tiende hacia la autodestrucción.

No es tarde, pues del borde se escapa como aprendimos al trazar tangentes que divergen alejándose. Tan solo debo mantener una fuerza centrífuga lo suficientemente intensa durante los primeros instantes. Después, la distancia será tan grande que apenas se apreciará la gravedad oscura.