El sacapuntas es una herramienta aún utilizada hoy en día, a pesar de la popularidad de los portaminas. No obstante, los fabricantes de sacapuntas no se han dado por vencidos. Han evolucionado el concepto incorporando un depósito donde alojar los restos del proceso de afilado, además de una goma de borrar. Por otra parte, los diseños suelen ser transparentes, facilitando la visualización de su funcionamiento. Como resultado, el sacapuntas ha perdurado hasta nuestros días.
Desde el punto de vista de la prevención de riesgos, el sacapuntas moderno evita cortes al incorporar la cuchilla dentro del cuerpo del mismo. Esto favorece el montaje de cuchillas más afiladas. Por otra parte, el deterioro de las mismas es menor al estar aislada del exterior, por lo que evitamos su oxidación. Como hemos señalado, el cuerpo es de plástico por lo que también se reducen los riesgos de lesiones por contacto, más habituales si se trata de metal.
Adicionalmente, hemos de señalar que se requiere menos energía para afilar un lápiz, ya que el cuerpo tiene una mayor superficie de agarre y es más sencillo realizar el giro. Con los diseños anteriores resultaba complicado girar un lápiz corto cuando el sacapuntas era diminuto.
Llega el momento de hablar sobre el impacto ambiental del sacapuntas moderno. Ciertamente, estar hecho de plástico no ayuda, ya que su durabilidad es inferior a la del metal, aumentando la frecuencia con la que éste es desechado. Además, el incorporar elementos metálicos (cuchilla y tornillo), lo convierte en un objeto complicado de reciclar. En este punto, anotaremos una observación negativa.
A su favor, no debemos olvidar la generación de puestos de trabajo. Al tratarse de una industria abocada a la desaparición, la innovación habida a este respecto ha expandido su ciclo de vida. Se ha logrado mantener y generar empleo, lo cual genera riqueza y aumenta la posibilidad de repartirla.
En último término, el sacapuntas dilata el proceso de escritura. Al dotarlo de tiempo, favorece la aparición de la reflexión. Esto, sin duda, aumenta la probabilidad de generar textos individuales de mayor calidad, lo cual es negativo. Ante esto, resulta evidente que la reflexión debe tener unos límites y estar acotada dentro del marco social. Además, deben superarse antiguas normas como la consistente en “Despacio y con buena letra”, la cual perpetúa una visión de la realidad que no se corresponde con la actual.
En conclusión, realizado un análisis técnico y socio-económico del sacapuntas, esta Dirección General de Visto Bueno de Algunos Bienes Tradicionales que Puedan Ofender al Progreso de la Sociedad emite un dictamen negativo sobre la producción y consumo del sacapuntas, resolviendo que:
A pesar de algunas ventajas como la creación de empleo y la casi ausencia de riesgos personales, determinamos que debe suspenderse la producción del sacapuntas y trasladar a la mano de obra implicada a otras producciones compatibles con el orden social actual.
Contra la presente resolución, podrá interponerse, en único acto administrativo, reclamación, en un plazo de seis horas a partir de la publicación de la misma.