Se tose para expresar desacuerdo con algo o alguien. Se tose cuando es necesario el silencio y no se desea molestar. Se tose al fingirse enfermo por no estar dispuesto a acudir a un compromiso. Se tose justo en la curva que marca setenta, al ir a cien. Se tose cuando el facultativo tiene entre sus manos algo importante para los hombres. Se tose en la fila de los rehenes de un atraco. Se tose de vez en cuando. Se tose encima de los apuntes en limpio. Se tose antes del sí quiero y en la primera fila en los entierros. Se tose en mitad de un discurso. Se tose antes del caramelo. Se tose a pesar del agua. Se tose en las procesiones. Se tose antes, mientras y después de ser invisible. Se tose en la oposición. Se tose en la cama. Se tose después. Se tose con las puñeteras cortezas. Se tose cuando menos te lo esperas. Y es que toser, al fin y al cabo, es humano.